Como cristianos nos preguntamos: ¿Qué puedo hacer por los otros? ¿Cómo puedo asumir mi compromiso misionero?
Es importante interesarnos por los otros, los más cercanos y los más
lejanos… y sentir con ellos, compartir su aflicción: ¿quién es mi
prójimo? ¿Dónde está mi hermano? ¿Qué hago por ellos y con ellos?
También podemos seguir nuestro camino de solidaridad universal:
comprometernos en acciones de solidaridad, compromiso por la justicia,
oración personal y en grupo, y decirle a Dios: "¡Aquí estoy Señor!".
Como Pablo, como Javier, como Lucía, como tantos misioneros/as,
sacerdotes, religiosos/as, laicos/as….de nuestros días, como tú y yo…
Leer más en: ¿QUÉ PUEDO HACER POR LOS OTROS?
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EL MISIONERO RESPONDE
Un misionero es, "por encima de todo, alguien que está siempre atento, que donde hay odio pone amor y donde hay escepticismo pone fe" y , por eso, su vida es la de seguir a Jesucristo, bautizar, celebrar la eucaristía, perdonar los pecados en nombre de Dios, formar a las vocaciones nativas y a los catequistas laicos para que ellos sean "la luz del mundo en el lugar donde viven".
Leer más en: Reflejos de luz
El lema “Misioneros de la fe” se sitúa en el centro de la Cruz.
En ella Jesucristo entregó su vida. De ella nace el don de la fe que
como gracia reciben los bautizados. Mirar la cruz suscita la súplica de
los apóstoles: “Auméntanos la fe” (Lc 17,5).
Al pie de la Cruz están unas manos abiertas
mostrando el mundo. Es la humanidad, diseminada por los cinco
continentes, que está llamada a acercarse a la Cruz. Se pretende hacer
más visible gráficamente la intrínseca unidad de la humanidad con el
Redentor.
Son las manos de los misioneros, que presentan, con sus vidas, a la humanidad, para que sea bendecida con el don de la fe que brota de la Cruz salvadora.
PARA SABER MÁS:
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